Eres uno de esos errores de Dios. Aún estás llorando, patético desperdicio de piel. Soy consciente de lo que duele y aún no me dejas entrar. Ahora estoy derribando tu puerta, para intentar salvar tu hinchado rostro. Creo que ya no me gustas, y estás ahí echado, tratando de desperdiciar el espacio.
Desde que perdimos la inocencia, siempre fuiste uno de esos, bendecido con los sietes de la suerte y la voz para hacerme llorar.
Fuiste un hijo de la madre naturaleza. Alguien con el que podía hablar. Tu aguja y el daño ya están hechos, deja de revolver cierto destino. Ahora estoy intentando despertarte, sacarte de el cielo líquido. Porque si no lo hago, ambos terminaremos, con sólo tu canción para decirme adiós.
Antes de perder la inocencia, siempre fuiste uno de esos, bendecido con los sietes de la suerte y la voz para hacerme llorar.
Una canción para decir adiós...
Este también me ha gustado mucho. Escribes muy bien May espero leer pronto más cosas tuyas.
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